miércoles, 16 de junio de 2010

El derecho a la mentira





Me ha interesado una noticia sobre el uso del scaner cerebral para “leer el pensamiento”. Parece que se podrá (la técnica aún no está madura, al parecer), saber si alguien contesta honestamente o no a través del scaner de su cerebro.

Sería de utilidad en los juicios, claro, pero también a la hora de conceder o no la libertad condicional puesto que permitiría saber si de verdad no tiene intención de reincidir.

Las compañías de seguros podrían usarlo para detectar si les ocultas datos.

Incluso Hacienda podría usarlo para saber si has defraudado

El problema es ¿Tenemos derecho a la mentira? Averiguar si estás contestando honestamente o mintiendo ¿es un atentado a tu derecho a la privacidad?

Depende de la situación: la ley protege el derecho del detenido a no declarar nada que pueda perjudicarle, parece que utilizar el scaner para saber si miente, sería ilegal, pero podría utilizarse para saber si los testigos en un juicio, que sí están obligados a decir la verdad, efectivamente lo hacen o mienten.

Pero si no se puede hacer un scaner a un detenido ¿por qué si se puede analizar su ADN?

En ambos casos estás intentando averiguar la verdad contra su voluntad.

Y visto desde el lado inverso, al igual que los análisis del ADN han servido a muchos presos, incluso condenados a muerte para demostrar su inocencia, el scaner podría servir a muchos para demostrar su falta de intencionalidad en el crimen, o la existencia de enfermedad mental.

En fin, ya veremos si el invento termina de madurar y cómo intentan utilizarlo. Imagino una entrevista de trabajo conectado al scaner para saber si estás hablando con honestidad o no. Eso garantizaría quizá no contratar a un mentiroso, pero lo que no podría asegurar es que el honesto fuera a ser mejor trabajador, a lo mejor el mentiroso sería una mejor apuesta para la empresa, puede ser más creativo, con más empuje…

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